Semana Santa de Murcia y la «dávida de comestibles»


Semana Santa Semana Santa de Murcia y la dávida de comestiblesSemana Santa de Murcia está bien pincelada por María Adela Díaz Párraga en su libro “Por las sendas de la huerta”.

En esta obra nos cuenta que el murciano es procesionero por naturaleza y caramelero por convicción. En definitiva, un tipo a caballo entre la ciudad y la huerta.

Hace siglos que la Semana Santa, arraigó con la costumbre de hacer penitencia por las oscuras calles de la ciudad. En la Edad Media, la tradición imponía rezar el Vía Crucis, procesionando a través de las callejas. Todavía quedan hoy día algunas de aquellas paradas en la ciudad de Murcia, como la iglesia de los Pasos de Santiago.

En el siglo XV surgen las primeras cofradías de Semana Santa en nuestra ciudad. En 1413 se funda la Cofradía de la Sangre, la más antigua con sede en la iglesia de El Carmen. De 1600 data la procesión de Jesús, aunque hay legajos fechados en el siglo XIV en los que ya se habla de esta Cofradía. Trecientos años después los torcedores y tejedores de la seda, sacan su procesión a la calle en la noche de Lunes Santo.

Estos murcianos salían a la calle con sus túnicas, enaguas almidonadas, puntillas, esparteñas y esos rosarios fabricados a veces con semillas o huesos de los frutos de nuestra huerta. El sentido y la tradición era cumplir sus votos, penitencias y promesas por los favores concedidos o deseados.

Los más duros se flagelaban. Para las curas aplicaban a sus heridas mezclas consistentes en vino cocido e infusiones de arrayán, laurel, rosas y romero.

Semana Santa Murciana y sus caramelos

Lo más querido de la Semana Santa (aparte de las históricas imágenes procesionarias) eran esos caramelos, habas, huevos duros, monas… presentes alojados en “la sená” de la túnica. Según cuentan, estos regalos tienen su antepasado en la vieja “dávida de comestibles” que algunos comerciantes regalaban durante la Semana Santa, creyendo así que se les perdonaba “la sisa” comercial del año.

Y esas pastillas de caramelo, adornadas con las leyendas de las mejores plumas murcianas: Martínez Tornel, Frutos Baeza, Baquero, Jara Carrillo, Raimundo de los Reyes…

 

Foto: «los Azotes» de Salzillo por las calles de Murcia un Viernes Santo.

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