Madame de Brinckmann y sus piropos hacia el río Segura y la huerta murciana


Pasarela Manterola Murcia Rio Segura 300x266 Madame de Brinckmann y sus piropos hacia el río Segura y la huerta murcianaMadame de Brinckmann fue una distinguida viajera francesa, que pasó por tierras murcianas en 1850. Publicó tres libros sobre sus viajes, es en su segunda obra: Voyage en Espagne (1854), donde hace referencia a su paso porla capital del Segura.

Para una mujer, viajar sola en los años milochocientos no era cosa fácil. Pero para esta aventurera no supuso ningún problema. Eso sí, en su viaje por España, Madame de Brinckmann contó con credenciales y cartas de recomendación que le proporcionaron escoltas, tanto de militares como de Guardias Civiles. Pero seguramente, en lo que más confiaba madame para su protección, era en las dos pistolas que portaba y las cuales revisaba al término y al comienzo de cada jornada.

Y es que, no había nada más típico y tópico en la España de la época, que los castizos, románticos y coloristas bandoleros. El bandolerismo es uno de los clásicos más frecuentesen la literatura, y sobre todo en los libros de viajes, del XIX. Aunque no parecían asustar mucho a la señorita de Brinckmann: “En los bandidos creo muy poco…los relatos que han hecho otros viajeros son de una exageración ridícula…”.  Aunque lo cierto es que en sus 8 meses de viaje por España, solo tuvo noticias de bandidos una vez, y fue en tierras del campo de Cartagena.

El estilo literario de madame es irónico, suspicaz y sutil. En sus libros, instruye sobre los transportes, los caminos, albergues, posadas, fondas y la cocina española de la época. Mención especial para los caminos y transportes: galeras, diligencias, carruajes, tartanas, jamugas (una silla de tijeras para que viajen cómodamente las mujeres), mulos y caballos.

Su llegada a tierras murcianas, fue tal que así: estando en Almería, madame, cambió el caballo por el barco y arribó al puerto de Cartagena. Con una tartana se dirigió a Murcia, al alcanzar el puerto de la Cadena, bajó del vehículo y contempló una de las mejores vistas que hay de la Vega del Segura y su capital. Dejó escrito lo siguiente:

“Después del triste desierto que ha atravesado, se experimenta una sensación deliciosa con la aparición de la vega de Murcia… es el jardín más magníficamente rico, la naturaleza más sonriente que puede verse… un aspecto gracioso que os dispone a la alegría, a la felicidad. La vega de Murcia … goza de unas condiciones atmosféricas mejores y sus productos son mucho más variados… se han podido aclimatar aquí el gusano de la seda de China y la cochinilla, que prosperan por encima de todas las previsiones…”

Este recuerdo de Murcia la acompañará hasta las últimas páginas de su libro. En su epílogo insta a los agricultores franceses a conocer “esta vega y sus técnicas de fertilización, que permiten recolectar cuatro cosechas al año… La vega de Murcia es para España lo que el Nilo para Egipto”.

 

Fuente: Murcia desde lejos. Nuevo viaje por los viajes de Murcia. José Mariano González Vidal.

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