Valle de Ricote, tierra de místicos y revueltas moriscas


Valle de Ricote, bañado por el río Segura, resulta un espacio anclado en otro tiempo. Refugio y oasis único en España, de las costumbres y de la cultura morisca que resistió durante siglos (unas veces con las armas, otras en el anonimato) la imposición de los tiempos históricos.

Durante 8 siglos fue uno de los núcleos intelectuales (Ibn Sabín, Al-Ricotí) y tecnológicos (acequias, norias, azudes, fortalezas) más importantes de Al-Andalus. Hasta que se produjo la expulsión definitiva de los moriscos en el año 1609. Los motivos de la expulsión fueron varios pero radican en el choque de culturas entre la media luna y la cruz, las revueltas protagonizadas por los moriscos y el miedo a que éstos ayudaran a los piratas norteafricanos que atacaban las poblaciones mediterráneas y, como no, el afán por controlar los recursos económicos en manos de los moriscos. Todo esto desembocó en la firma del decreto de expulsión por parte de Felipe III pero lo cierto es que muchos moriscos consiguieron burlar el decreto y continuaron con sus tradiciones, clandestinamente, en el Valle de Ricote. 

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Pantano de Ojós en el Valle de Ricote

El Valle de Ricote ha dado importatísimas figuras históricas como los sufíes Ibn Sabin y Al-Ricotí que están reconocidos mundialmente. Alfonso X el Sabio intentó retener a estos sabios para que impartieran clase en su recién creada Universidad pero no lo consiguió, se marcharon al vecino Reino de Granada. Tanto Ibn Sabin como Al-Ricotí y su contemporáneo Ibn Arabí, han colocado la Región de Murcia en el mapa filosófico mundial.

Otro hijo importante del Valle de Ricote fue Ibn Hud. Llegó a dominar casi la totalidad de Al-Ándalus, se enfrentó a los Almohades y fue asesinado «por amor», según cuenta la leyenda, en Almería.

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