Escudriñando las fachadas de los edificios antiguos de Murcia, siempre podemos encontrar algún elemento que, por antiguo o curioso, llame nuestra atención.
En la calle Mayor de El Palmar, hay varias casonas y palacetes que han aguantado el paso de los tiempos. En la fachada de una de ellas, encontramos esta “placa comercial” de metal, que anuncia: “Expendeduría de Cerillas”. Casi no cabe duda que antaño, alguno de los bajos de la casa albergaba, sino un estanco algo que se le pareciese.
Según un cálculo aproximado, la placa, puede pertenecer a los años 40 ó 50 como poco. Tal vez lo que más llama la atención, es que se anuncie la venta de cerillas como un producto, digamos: “destacado”. Pero muchos se sorprenderán si les preguntan a sus abuelos como encendían las viejas cocinas de carbón y leña en su infancia.
Antiguamente, las hoy casi extintas cerillas, no eran un producto tan común. Los fuegos del “hogar”, se prendían con una especie de pedernales, que en la actualidad nos parecerían más propios de tiempos prehistóricos.
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Ese es el bajo donde estaba la drogueria del tío Amastasio.
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