San Pascual Bailón y la bruja de Yecla

Las historias sobre brujas han existido siempre, pero sobre todo en la Edad Media.

Murcia también cuenta con sus particulares hechiceras. Frente al popular dicho de si una bruja “nace o se hace”, en contra de lo que narran cuentos y películas, la historia se ha encargado de aclarar que una bruja «se hace».

«Se hace» por culpa de las desigualdades de la época: misoginia, mendicidad, analfabetismo… Si a esto le añadimos: supersticiones, conductas desordenadas y parajes recónditos; ya tenemos a nuestra bruja.

Yecla es la zona del Reino de Murcia donde más proliferan estas historias de brujas, sobre todo en el siglo XVIII. Los pocos casos de brujería que se llevaron ante el tribunal de la Inquisición, venían de esta comarca.

Cuenta la leyenda que allá por el siglo XVI, San Pascual Bailón pasó una temporada por tierras yeclanas. Por aquellos lares conoció a una bruja a la que llamaban la condená de los picarios (picachos). Esta hechicera tenía fama de mala vida y al parecer se encaprichó del Santo, al que cantaba canciones para engatusarle. San Pascual trabó cierta amistad con ella y un día accedió a comer con la hechicera. La Condená quiso ponerlo a prueba y le comentó que para comer había cocinado un cabrito, pero en realidad lo que había asado era gato. El Santo que no se fiaba ni un pelo de la mujer, cuando se sentó a la mesa recitó el siguiente refrán:

“Si eres cabrito, mantente frito; pero si eres gato, salta del plato”.

El gato saltó del plato y se largó corriendo. Cosas que tienen los santos.

Aquí va una retaila de las brujas yeclanas más famosas: María Castaño la sevillana, Josefa Cueva la murciana, María Martínez la Gila o la del Trueno, Francisca Azorín la padre nuestra, Ana Román la tierna.

fuente: Murcia, crimen y castigo. Taller de historia del Archivo General.