El diablo se aparece en el centro de Murcia


fotos Murcia 300x225 El diablo se aparece en el centro de MurciaLa calle Polo de Medina en Murcia rinde homenaje a Salvador Jacinto. Poeta, literato y filósofo autor de la obra “Academias del Jardín”.

El primer nombre de esta calle fue “del Horno” y después se la llamó “del Cabrito”. La leyenda que nos cuenta Díaz Cassou, narra que en la ciudad de Murcia vivía a principios del siglo XVIII, un maestro zapatero llamado Juan.

Era buen hombre este zapatero y tal vez más lo sería, si no fuera porque le gustaba en demasía el vino y los juegos de cartas. Con motivo de la festividad de San Crispín, celebraron una cena todos los miembros del gremio zapateril y al señor Juan se le fue la mano con la bebida. Al parecer terminó cerrando la fiesta y las tabernas del centro más histórico de Murcia.

Volviendo a su casa desde la plaza de las Cadenas y por la calle del Azucaque, entró en la conocida calle del Horno, cuando se asustó al escuchar el balido de un cabrito.

Portaba a cuestas al mismo diablo

El cabrito se le acercó y hasta dos veces lo apartó el señor Juan, pero la insistencia del animal era infinita, así que el zapatero decidió cargarlo sobre sus hombros y llevárselo a casa. Al pasar por encima de un charco, se vio reflejado con el animal a cuestas. Tras ver la imagen se percató de que lo que portaba no era un cabrito, sino al mismo demonio.

Cuando amaneció, un mozo que trabajaba en el horno de la calle se encontró al zapatero Juan durmiendo la mona. Cuando se despertó el zapatero, se acercó a Santo Domingo y contó lo acontecido a su confesor. A partir de este momento, la calle donde se había aparecido el diablo en forma de cabrito, cambió su antiguo nombre de Callejón del Horno por el de Callejón del Cabrito.

 

Fuente: Callejero Murciano. Nicolás Ortega Pagán, Nicolás y José Ortega Lorca

Foto: palacios de los Pacheco y Fontes, continuación de la antigua calle del Cabrito.

1 comentario en «El diablo se aparece en el centro de Murcia»

  1. Eso de encontrarse un cabritilla o chato que acaba siendo el diablo a hombros de alguien la había oído ya. No deja de fascinarme a pesar de todo.

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