Torre de las Lavanderas, la casa maldita de Churra


Palacio Episcopal Murcia patio 300x225 Torre de las Lavanderas, la casa maldita de ChurraSi hay un acontecimiento en nuestra Murcia que sea misterioso, paranormal, siniestro… y, al mismo tiempo, haya sido mencionado y documentado en numerosas ocasiones y escritos, ese es sin duda la aparición de la Mano Negra en la Torre de las Lavanderas en 1671.

Una “mano negra”, solía ser la representación espectral de algún ajusticiado. Normalmente herejes condenados al hoguera. Para contar el acontecimiento, vamos a tomar el texto escrito por José Ramos Rocamora y a comentarlo a modo de explicación. La historia empieza tal que así:

“En 1671, a 19 de octubre, sucedió en esta ciudad de Murcia aquel memorable prodigio de la Torre de las Lavanderas, camino de Churra en que a las oraciones salía una mano cercada de llamas, por una ventana y llamaba a todos los que pasaban por dicho camino…”

Eran muchos testigos los que aseguraban que, en la casona conocida como Torre de las Lavanderas, algo maléfico estaba pasando. Gritos, lamentos, apariciones, humo y un intenso olor a azufre, llenaron de terror a los vecinos de Churra. La inquietud llegó hasta el mismo Concejo de la Ciudad de Murcia, quien dejó en manos del Obispado la resolución del caso.

Era Obispo de la Diócesis en aquellos tiempos, Don Mateo de Segade y Bugueyro. El cual, puso su empeño en asegurarse de que aquello, no era ningún cuento de viejas. Los informes que le llegaban no le tranquilizaron, aquella casa parecía estar realmente poseída por algún ente.

…Lo que sabido por el Señor Obispo determinó juntar todas las Comunidades y hacer una procesión en dicho sitio…

Se organizó una procesión, que partiría desde el Palacio Episcopal hasta la casa maldita. La finalidad del cortejo, era realizar un exorcismo que librara de malos espíritus el lugar. Para ello el Obispo “reclutó” frailes y sacerdotes de todas las comunidades religiosas de Murcia. Esta convocatoria del obispo no era ninguna broma. La persona que no se presentase podía perder el hábito y ser excomulgado.

Allí estaban los franciscanos, carmelitas, frailes de Santa Catalina del Monte, Dominicos, canónigos de la Catedral. También el alcalde y los regidores de la ciudad y, por supuesto, cientos de curiosos murcianos.

Cuando llegaron al lugar, el espectáculo no defraudó a nadie. Humo, fuego y por supuesto, la mano que se dejaba ver, asomada por un ventanuco. El Obispo Segade, intuyó que la mano estaba buscando a alguno de los presentes. Así que ordenó a la comitiva formar una fila y pasar delante de la siniestra aparición.

…y pasaban uno a uno y le preguntaban a la mano si era él…

Llenos de terror, los curas y frailes fueron pasando uno a uno por delante de la mano. Ésta mantenía un ademán de negativa, hasta que pasó por delante el prior de Santo Domingo.

Hasta que pasó el prior de Santo Domingo y dijo que era él. Se confesó primero y le pusieron muchas reliquias…

El prior de los dominicos era fray Juan Blázquez. La mano le había elegido y ahora sería él, el encargado de averiguar que quería. Después de hablar con el Obispo y de que éste le entregara un Lignum Crucis, entró en la casa. Al mismo tiempo la mano desapareció de la ventana.

…entró mozo y salió cano. Se llamaba el prior Fr. Juan Blázquez…

Según las crónicas, el fraile estuvo dentro de la casa una hora aproximadamente. Cuando salió, un clamor se extendió entre todos los presentes. El prior se había transformado en un torpe y canoso anciano.

Con mucha dificultad, fray Juan Blázquez, explicó que le había jurado a la Mano Negra no revelar nunca lo hablado entre ellos. A cambio, ésta debía desaparecer y no volver jamás a tierras murcianas. Y así fue.

…observaron que desde entonces tenía mucho cuidado con la lámpara del Santísimo, y bajaba todas las noches a la iglesia y le veían atizar la lámpara y decir a la llama en voz baja palabras que nunca comprendieron…” 

El prior nunca habló de aquel episodio y no volvió a salir de Santo Domingo. Sus hermanos frailes le observaban y espiaban sus movimientos. Lo único raro que apreciaron, hasta su muerte, era que trataba con mucho cuidado las lámparas del Santísimo, incluso hablaba con ellas. Se preocupaba de levantarse a media noche para evitar que se apagaran.

 

Fuentes:

Noticiario, José Ramos Rocamora.

La Diócesis de Cartagena y la aventura de América, Francisco Candel Crespo.

2 comentarios en «Torre de las Lavanderas, la casa maldita de Churra»

  1. Hola me ha gustado mucho el escrito sobre la torre de las lavanderas, y tengo por curiosidad dos preguntas, primera: la foto que se muestra al principio de la historia de un patio interior con arcos, pertenece a la torre de las lavanderas? y la segunda: según el escrito en que zona o lugar de Churra se encuentra esta torre de las lavanderas y donde se puede ver alguna fotografia de la misma torre? o ya no existe?, soy un apasionado del mundo del ocultismo y lo paranormal, y me gustaria poder obtener mas informacion sobre esa torre de las lavanderas. Muchas gracias y un saludo.

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    • Hola! gracias por tu comentario… La foto de cabecera es el patio interior del Palacio Episcopal de Murcia, desde este lugar partió la procesión hacia la torre de las lavanderas con el obispo a la cabeza. En la actualidad la torre de las lavanderas ya no existe y lo cierto es que no sabría indicarte dónde se encontraba. Churra ha cambiado mucho en estas últimas décadas. Lo siento…

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