El domingo 24 de abril de 1927 se celebró la Coronación Canónica de la Virgen de la Fuensanta, como Patrona de Murcia en el Puente de los Peligros.
La Virgen llevaba un manto de terciopelo grana bordado en oro, regalo de su antigua camarera María Codorniú de la Cierva.
Ya contamos hace tiempo de donde venía la moda de “amarrar” un candado a un puente y tirar la llave al río. En Murcia la cosa empezó en el Puente Viejo, pero se ha extendido a otros de la ciudad como la Pasarela Manterola.
Al principio el Ayuntamiento se afanaba por quitar los “candados enamorados” de
Aquí tenemos una vista aérea de Murcia. La foto tiene unos cuantos años y podéis ver una reproducción gigante de la misma en el Ayuntamiento de Murcia.
La Manterola no aparece, el único puente que cruzaba el Segura era el Puente Viejo; se aprecia bien los molinos que habían en el salto de agua donde ahora solo quedan sus ruinas.
Todo esto surge por una novela de Federico Moccia.
En ella los protas enganchan un candado en un puente de Roma y tiran las llaves al fondo del Tíber, como señal de su amor eterno.