Pozos de nieve de Murcia, Totana, Orihuela, Lorca… en Sierra Espuña


Pozos de nieve mejor conservados que tenemos en la Región de Murcia, se encuentran situados en la vertiente meridional del Morrón de Espuña a 1300 metros de altitud.

Datan de la segunda mitad del siglo XVI y en su época constituyeron la importante industria del hielo. Era el mismo Rey, el que daba el consentimiento para la construcción de los pozos de nieve y era la última instancia para dirimir las controversias que a menudo surgían.

Su verdadero auge se produjo durante los siglos XVII y XVIII. En 1688 ya había construidos en Sierra Espuña 18 pozos que pertenecían a diferentes concejos y particulares: 7 a la ciudad de Murcia, 3 a Cartagena, 2 para Orihuela y otros tantos para Lorca, el Cabildo de la Catedral tenía uno y otro la iglesia de Moratalla, 2 pozos regentaba un vecino de Totana y otro pozo era propiedad de un vecino de Alhama.

Sierra Espuna Nieve Pozos de nieve de Murcia, Totana, Orihuela, Lorca... en Sierra Espuña
Nieve en Sierra Espuña el 19 enero 2017. Foto: Antonio Morente

En la segunda mitad del siglo XVIII se construyeron 5 pozos de nieve más que completaron la cantidad de 23. Desaparecieron allá por los años 30 del siglo XX, ya que no pudieron competir con el progreso del frío industrial

Estos pozos son grandes cavidades en el suelo (10 a 15 metros de profundidad) en forma cilíndrica (12 a 14 metros de diámetro), en el cual podía albergar una capacidad aproximada de un millón de kilos de hielo. En su interior se recubrían con un grueso muro de piedra y se enlucian con mortero de cal. El fondo se recubría con materiales permeables y se le dotaba de una leve inclinación para favorecer la evacuación del agua procedente del deshielo.

El trabajo en los Pozos de nieve, de los más duros de la época

Con la primera nevada, los operarios subían al monte y se empezaba a llenar el pozo. Cada pozo tenía un coto señalado para la recolección del hielo. La nieve se esparcía y apisonaba con mazos y palas. Las condiciones de trabajo eran extremadamente duras y estos operarios recibían el doble del salario que cualquier otro peón agrícola de la zona.

Con la llegada del calor se procedía a la extracción y transporte de las barras de hielo, que eran liadas en sacos o mantas y se transportaban de noche para evitar en la mayor medida su deshielo. Según los cálculos de la época, las perdidas por deshielo solían oscilar entre el 8% hasta Totana y el 35% hasta la ciudad de Murcia.


Fuente: Guía Parque Regional Sierra Espuña. Espacios Naturales Protegidos de la Región de Murcia

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