La pila que no robaron los de Bullas a los de Cehegín


Una de las historias que más llena de orgullo a un bullense cuando habla de su pueblo, es la conocida leyenda de la “pila robá” a los Cehegineros. Sintiéndolo mucho, hay que decir que esta historia no deja de ser una leyenda que en verdad nunca se produjo. Vamos a ver lo que pasó.

Cuenta la tradición, que los vecinos de Bullas encargaron a los de Cehegín, la elaboración de una pila bautismal para colocarla en lo que más tarde se convertiría la iglesia Nuestra Señora del Rosario. Al finalizar el trabajo, los Cehegineros se quedaron tan maravillados de su obra que se negaron a entregar la pila a los bullenses. Éstos fueron una noche a Cehegín y se la “robaron”, trayéndola en una carreta con las ruedas cubiertas de saco para evitar ser descubiertos.

Los hechos históricos fueron de otra manera. Hay un documento, que se encuentra en el Archivo Municipal de Bullas, firmado en Madrid el 15 de febrero de 1664 por el rey Felipe IV.  En este legajo se le ordena al Alcalde de Caravaca que obligue a Don Ginés Chico, a su vez Alcalde de Cehegín, a que devuelva la pila bautismal de jaspe que mantenía embargada. Y que fuera colocada sin excusa ni dilación, en la ermita del Cortijo de Bullas. Aparte tendrá que pagar una multa de 24 ducados y si no cumpliera lo mandado, la multa ascendería a 50 ducados de oro.

Cierto es que la pila la tenían “secuestrada” los de Cehegín, pero parece ser que ningún bullense la “rescató”, como narra la picaresca.

En esta pila han sido bautizados todos los bullenses hasta el Concilio Vaticano II. Pues con la nueva liturgia postconciliar, los bautizos se realizan en el presbiterio y no en la capilla bautismal que se encuentra en la entrada del templo.

Fuente: Murcia palmo a palmo 2. La pila “robá” de Bullas. Juan Sánchez Pérez.

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